La Escuela de Cocina Villa Retiro ha reabierto sus puertas después de tres meses y los alumnos han podido volver a pisar las aulas y disfrutar de los talleres de prácticas. Aunque hemos intentado que la actividad lectiva no se pausase en ningún momento, la formación virtual de cocina se ha basado principalmente en los conceptos teóricos de cada uno de los cursos. La parte práctica, la base de nuestra oferta educativa, se ha quedado paralizada y es ahora cuando se va a recuperar todo el tiempo perdido.
Después de un pequeño curso de prevención para la Covid-19 y de adecuación a la nueva normalidad, cada grupo se dirigió a su espacio de trabajo para poder practicar la cocina, aquello que les motiva a estudiar en nuestra escuela y que llevaban tiempo esperando.
“Hemos hecho clases por internet y también he aprovechado para practicar algunas recetas a partir de vídeos”,
explica Elena, una alumna del curso de Auxiliar de Cocina, mientras se muestra satisfecha por la reapertura del centro,
“pensaba que volveríamos antes a la escuela”.
Estos últimos tres meses hemos trabajado a distancia, aportando la teoría y haciendo proyectos de investigación y búsqueda sobre recetas, técnicas y productos. De ahora en adelante, hasta terminar este curso tan atípico, nos basaremos en la parte práctica para que todos los alumnos reciban correctamente el contenido programado para cada curso.
“La gente estaba otra vez ilusionada”,
comentaba la directora de la Escuela, Imma Estivill. Para ella, que los alumnos hayan mantenido la ilusión es un factor clave para encarar la recta final del curso y durante este tiempo ha intentado acompañarles anímicamente. La pasión por la cocina es lo que motiva a alumnos y profesores a levantarse cada mañana y acercarse a la escuela. Y así ha explicado el profesor Dani Jové cómo lo vive él:
“Volver a la escuela significa una cosa: aprender, estudiar y hacer lo que más nos gusta, cocinar”.